El pasado mes de Diciembre tuvo lugar el Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, convocado por las compañeras Zapatistas, para tratar en extenso el tema de la violencia contra las mujeres que, en Sudamérica y el mundo entero, viene siendo un tema recurrente, doloroso y urgente. Alrededor de 3500 mujeres de 49 países acudimos a este llamado, y tuve la alegría de estar entre ellas.
Nos juntamos del 26 al 29 de Diciembre en el Semillero «Huellas del Caminar de la Comandanta Ramona» del Caracol «Torbellino de Nuestras Palabras» en el sureste mexicano. El encuentro giró en torno a dos grandes ejes: uno para denunciar la violencia de género y otro para proponer de acciones y estrategias de articulación.
Denunciar: Gritar nuestros dolores y corajes
Muchas veces hay que mirar al pasado para imaginar un nuevo rumbo. Así se sintió esta etapa: un mirar atrás constante, pensarse en el lugar de la otra, sentir su dolor y luego compartir su fortaleza para mirar hacia adelante.
Un día entero tuvimos los micrófonos abiertos para pasar a contar historias y denunciar las violencias que vivimos ante las miles de mujeres prestas a escucharnos. Reímos, lloramos, gritamos y guardamos silencio, historia tras historia. Mucho dolor y rabia salió de este proceso, pero también esperanza al vernos resilientes, y coraje para seguir los procesos de sanación personal y colectiva.
Pero no solamente escuchamos historias de violencia contra las mujeres, también nos compartieron increíbles historias de resistencia y estrategias de luchas diversas lideradas por mujeres de todo el globo.
Proponer: Compartir ideas y experiencias
Un segundo eje fundamental de este encuentro fueron las propuestas frente a las denuncias que se habían formulado. Delinear el panorama para luego preguntarnos qué se puede hacer y cómo.
Es un desafío muy grande el articularnos y armar puentes y estrategias conjuntas a pesar de nuestras diversas procedencias, contextos, espacios de acción, comunidades y sentires. Pero como sugieren las compañeras Zapatistas, hay que accionar «juntas, aunque cada quien en su tiempo, su lugar y su modo.» Así pues fueron surgiendo propuestas diversas, según el modo, el tiempo, y el lugar de cada grupo de trabajo que se fue formando.
Muchas de las propuestas se orientaron a fortalecer acciones entre organizaciones y colectividades ya existentes. También se crearon grupos de afinidad para comenzar a accionar en nuevos espacios. No todas las propuestas prosperaron de igual forma, también se dieron conversaciones que no necesariamente desencadenaron en acciones concretas, o que más bien revelaron la diversidad de posturas frente a algunos temas. No hubieron acuerdos sólidos que reflejaran un trabajo en conjunto desde las participantes, pero las compañeras Zapatistas nos compartieron sus propuestas que se traducen en un conjunto de 3 acuerdos para: formular propuestas concretas en contra de la violencia, ayudarnos mutuamente, y mantenernos organizadas y comunicadas.
Festejar: Gritar de alegría y de fuerza
El tercer y último día se dedicó a soltar energías a través de expresiones artísticas de los más variados géneros. Dejamos fluir la alegría de estar juntas y en un espacio seguro, protegido por montañas y por las milicianas de EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional), aunque sea por tan solo 3 días.
Al siguiente día partimos cada una a nuestros lugares para continuar accionando, organizando y luchando desde ahí, con la mente llena de cuestionamientos sobre nuestras capacidades de articulación y de acción conjunta, pero con las fuerzas renovadas para continuar.
La lucha por una vida libre de violencia para las mujeres se extiende a todos los ámbitos, incluyendo el mundo virtual. Por eso desde este espacio hemos querido darle cabida a este llamado que vino desde las compañeras Zapatistas, con el ánimo de hacer más visible el accionar y los esfuerzos de las mujeres para cambiar el mundo; y contribuir a hacer de internet un lugar más diverso o, como dirían las y los Zapatistas, convertirlo en “un mundo donde quepan muchos mundos”.