Compartir la memoria de Fuegia Basket

19 abril 2018

«En memoria de Fuegia Basket,

Jemmy Button, York Minster

y Boat Memory, que fueron

una vez a Inglaterra»

– Eduardo Belgrano Rawson

Atraído por las historias de viajes, el wikipedista uruguayo Jorge Gemetto se encontró un día leyendo “Fuegia”, una novela del escritor argentino Eduardo Belgrano Rawson, que narra la vida de los habitantes de Tierra del Fuego, en el extremo sur de América, a principios del siglo XX. El libro narra las aventuras de personajes ficticios, sin embargo tiene un sutil lazo con la realidad: está dedicado a Fuegia Basket, Jemmy Button, York Minster y Boat Memory.

Después de diez años de aquel primer descubrimiento, Jorge fue a dar con el diario de viaje del Beagle, una bitácora escrita por Charles Darwin cuando dio la vuelta al mundo en aquel barco. Su sorpresa fue grande al encontrarse una vez más con los personajes a quienes Belgrano Rawson había dedicado su novela. Así es como Jorge conoció a Fuegia Basket.

¿Qué esconde el diario de viaje del Beagle?

En la bitácora, Darwin cuenta que Fuegia Basket y otros tres hombres fueguinos fueron secuestrados por Robert FitzRoy, capitán del barco HMS Beagle, durante su primera expedición por América del Sur a comienzos de 1830. Fuegia fue secuestrada con tan solo nueve años de edad. FitzRoy intentó usarla como moneda de cambio para el rescate de un bote inglés, presuntamente robado por los fueguinos. Luego de fracasar en el objetivo, llevó a Fuegia y al resto de los rehenes a Inglaterra.

Fuegia vivió aproximadamente un año en Inglaterra. Lo que sabemos de ella nos llega a través del propio FitzRoy y de Darwin, quien viajó a bordo de la segunda expedición del Beagle, en la que Fuegia, Jemmy Button y York Minster fueron devueltos a su tierra (Boat Memory murió de viruela en Inglaterra). Darwin destacó la inteligencia de Fuegia, su carisma y su facilidad para aprender idiomas: aprendió inglés, español y portugués. Su forma de ser la hizo popular a donde iba, e incluso la reina de Inglaterra, a quien fue presentada, quedó encantada con ella.

Fuegia Basket en el año 1833. Por Henry Colburn. Dominio Público. En Wikimedia Commons.

La identidad de Fuegia Basket

Fuegia Basket es en realidad un nombre inventado por los secuestradores. El nombre real de Fuegia es Yokcushlu. La idea de los secuestradores al devolverla a su país era que los barcos ingleses contaran con una intérprete en futuros viajes por esa región. Fuegia fue una mujer notoria y reconocida por tripulantes de distintos barcos a lo largo de varias décadas después de su regreso.

A pesar de haber vivido lejos de su tierra muchos años, al llegar a la adultez, Fuegia se negó a integrarse en una misión cristiana, y prefirió compartir junto a su familia una vida basada en sus raíces y tradiciones.

Lastimosamente, el secuestro de indígenas americanos, considerados salvajes por los europeos, fue una práctica habitual durante el siglo XIX y principios del XX. Muchas veces, en nombre del progreso colonial, fueron sometidos a tormentos, usados como especímenes para experimentación o exhibidos en zoológicos humanos.

Fuegia sobresale y brilla en este penoso escenario, ya que es una de las pocas habitantes originarias del extremo sur de América cuyas peripecias quedaron narradas en la cultura occidental y llegaron a nuestros días.

La lucha por la preservación de la memoria

Después de leer su historia en los diarios de Darwin, Jorge hizo una búsqueda en Wikipedia para saber más sobre Fuegia, pero su artículo no estaba escrito en ningún idioma. Sin embargo, el artículo de Jemmy Button, uno de los compañeros cautivos de Fuegia, está disponible desde 2004 en Wikipedia en inglés y desde 2006 en Wikipedia en español. Actualmente también está en las Wikipedias en alemán, francés e italiano. Esta ausencia llamó la atención de Jorge y su experiencia como wikipedista pronto le llevó a descubrir que en 2011 se creó el artículo de Fuegia, pero que fue borrado por considerarse “no enciclopédico”.

La primera pregunta que surgió para Jorge fue por qué razón uno de los adolescentes cautivos varones tendría relevancia enciclopédica, mientras que la niña cautiva, que era descrita por Darwin como la más hábil y destacada en el grupo de personas secuestradas, no la tendría.

Decidido a preservar la memoria de Fuegia, Jorge comenzó a buscar más fuentes y crear nuevamente su artículo, argumentando a favor de su relevancia en el resumen de edición. Para la creación del artículo, además del diario de viaje de Darwin, Jorge recurrió a las crónicas de FitzRoy sobre las expediciones del Beagle y un artículo de un proyecto de la Universidad de Cambridge en torno a la correspondencia de Darwin.

Fuegia se merece un lugar visible en la historia

Contar la historia de Fuegia es importante por varias razones. En primer lugar, la suya es una peripecia vital muy singular: una habitante fueguina, considerada una “salvaje”, que fue secuestrada, educada en Inglaterra, llegó a visitar a los reyes, convivió con Darwin y volvió a su tierra para seguir su vida tradicional.

En segundo lugar, el relato permite comprender algunas claves de la historia del encuentro de los pueblos originarios de América con los europeos. La invasión de barcos comerciales, de misiones cristianas y más tarde el cercamiento de tierras fueron todas una catástrofe para las culturas fueguinas, que hoy están prácticamente extinguidas.

Y en tercer lugar, porque nos permite unir las dos dimensiones anteriores, facilitandonos empatizar con la individualidad de personas que fueron deshumanizadas al ser llamadas “salvajes”, y al mismo tiempo permitiéndonos un acercamiento más profundo a su cultura.

La actitud de Fuegia perfilada en su imagen

Las crónicas de FitzRoy están acompañadas de retratos de los cautivos fueguinos. Su objetivo es el de identificar, calcular la edad y exhibir los rasgos de los indígenas – “el aspecto de estos retratos me recuerda al de las fotografías actuales de personas presas”, dice Jorge.

En el retrato que nos dejó quien hace cientos de años dibujara el rostro de Fuegia, llama la atención, por un lado, la actitud segura y serena de la niña, y por otro lado, la forma en que fue vestida y peinada para asemejarla a una niña europea. Por sobre todo, ponerle un rostro a Fuegia nos ayuda a imaginarnos su destino y repensar desde qué puntos de vista se narra la historia.

Ya que pasó bastante tiempo desde la creación y publicación del retrato de Yokcushlu, o Fuegia, esta imagen actualmente es de dominio público, lo que significa que ahora es de todas nosotras.

La imagen fue encontrada por Jorge en la web del Darwin Correspondence Project de la Universidad de Cambridge y añadida a Wikimedia Commons durante el desafío VisibleWikiWomen. Nos alegra que este desafío haya alentado a un wikipedista a buscar una imagen y crear un artículo que hasta el momento no existía. En la próxima etapa de este desafío, nos gustaría que más personas utilicen alguna de las más de 1000 imágenes que se han recopilado para mejorar la visibilidad de las mujeres y su historia en Wikipedia.

Este post está basado en una entrevista con Jorge Gemetto.

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